No os voy a negar que entrevistar a un periodista impone. Y mucho. Más aún cuando la persona con la que vas a charlar tiene una larga trayectoria y sabe muy bien de lo que habla. Alberto Fernández, actual director de televisión del diario Vozpópuli y corresponsal en Bruselas durante diez años para la Sexta, nos habla en esta ocasión del ascenso de la ultraderecha en España y en el resto de Europa desde su posición de corresponsal en Bruselas.

Imagen de Alberto Fernández durante su corresponsalía en Bruselas | Alberto Fernández
- ¿Cómo has vivido el auge de la ultraderecha desde Bruselas?
He estado muchos años viviendo allí y he visto una evolución en el tiempo. Se puede hablar de auge, por ejemplo, si lo vemos en el Parlamento Europeo. Allí he vivido tres periodos parlamentarios diferentes y he visto cómo, cada vez más, iban subiendo las fuerzas, y más países con más representantes de extrema derecha. Desde 2011, que fue cuando lo llegué y la legislatura estaba en marcha, hasta las últimas elecciones que cubrí hace un par de años. En esos años he visto el ascenso de estos partidos de ultraderecha y cómo las fuerzas se iban uniendo. Antes cada país tenía sus fuerzas de extrema derecha, pero estaban aisladas en el espectro político. Con el tiempo, y esa fuerza que han ido tomando en Europa han conseguido unir fuerzas y tener una línea, en algunos casos, parecida. Tiene un montón de elementos comunes la derecha francesa, la polaca y la húngara. A priori pueden parecer países con diferencias, pero se han ido uniendo con el tiempo.
- ¿Qué diferencias existen entre la extrema derecha europea y la extrema derecha española?
Yo diría que hay muchas similitudes, pero también bastantes diferencias. Vox, por ejemplo, es el primero que se quiere diferenciar y, ¿cómo lo hacen? Pues en el Parlamento Europeo hay ocho o nueve fuerzas diferenciadas. Hay una fuerza que cuenta con Le Pen en Francia, con Salvini en Italia…, y luego hay otra fuerza que es muy de derechas, que no es de extrema derecha como tal. Digamos que está un poquito más centrada, porque no tiene la idea de ir contra Europa ni de ser tan radicales. En esta fuerza más centrada es donde Vox se ha querido encuadrar, y ellos mismos dicen que quieren reformar muchas cosas que hay en Europa, ya que no creen en la centralización de los poderes a nivel europeo, pero sí tienen el concepto de que Europa puede ser beneficiosa.
Si me preguntáis por la comparación directa con otros partidos, evidentemente Santiago Abascal se ha hecho la foto con muchos líderes de extrema derecha, sobre todo, los más representativos, que son Italia, Francia y Alemania. En ese sentido sí que tienen similitudes, es ese partido que va muy a contracorriente, que tiene unas ideas muy populistas dirigidas a una parte muy concreta de la población. Ellos prefieren ir en contra del resto, aun sabiendo que mucha gente les va a odiar, con la intención de arrastrar muchos votos de la derecha. Y no solo de la derecha, al ser tan populistas y tratar temas populistas como la inmigración o los que conciernen a la clase trabajadora, intentan obtener en esos colectivos un caladero de votos. Es por todo ello que Vox ha adoptado muchas de las políticas de partidos de ultraderecha europeos.
"El ascenso de la ultraderecha se debe a que ha sabido aglutinar a otro tipo de seguidores"
- ¿Qué partidos crees que son los más extremistas?
Creo que hay partidos de extrema derecha que son una especie de lobo con piel de cordero. En el sentido de que son partidos que hasta hace unos años tenían ideas mucho más extremistas. Vuelvo a coger el ejemplo de la inmigración, Francia que probablemente tiene uno de los partidos de extrema derecha más importantes del mundo, como es el Frente Nacional, siempre ha ido en contra de la inmigración de forma clara. Ahora esa idea la han moderado para atraer a otro tipo de público. Precisamente ese es el secreto del ascenso de la extrema derecha francesa, que han sabido aglutinar a otro tipo de seguidores. Esto ha provocado que una fuerza que era un tanto residual, ahora sea una de las principales fuerzas en Francia. Lo que ocurre en Francia es digno de estudio: la evolución del Frente Nacional. Ellos tradicionalmente son de los partidos más a la extrema derecha. Eso también ocurre mucho en Bélgica, con el partido de Vlaams Belang, en el Palamento Europeo en lugar de coger ciertos temas de los que antes hacían bandera y que pueden provocar el rechazo de buena parte de la población, pues ahora su discurso va más enfocado a temas sociales o a temas de la clase obrera. Intentan ahí buscar otro tipo de caladero de votos. Y luego está en Alemania el partido AFB, que roza el nacismo y siguen con ideas, vistas desde fuera, como muy peligrosas.
Tengo la impresión de que los partidos que conservan más su esencia de extrema derecha son los partidos de Europa del Este: Hungría, Polonia, República Checa, Rumania… Allí donde hay una mentalidad arraigada mucho más conservadora, ya que, en mi opinión, han evolucionado democráticamente todavía un poquito menos.
- Alberto, ¿tú en qué sentido crees que la ultraderecha va en contra de los derechos fundamentales de las personas?
Te diría que la extrema derecha no cree en la plena libertad de las personas y en la igualdad de condiciones de todo el mundo. La extrema derecha cree, y es parte de su esencia, en el sentimiento nacionalista, que consiste en proteger lo suyo, rechazando así todo lo que viene de fuera. Por ejemplo, ahora lo hemos visto con los grandes tratados comerciales que tiende a hacer la Unión Europea con países del extranjero: Estados Unidos, Canadá, México, países asiáticos… Los partidos de extrema derecha lo que hacen es defender nuestro campo, nuestros agricultores. Son muy defensores de la marca España y rechazan todo lo que procede de fuera. Además, también rechaza ideas y culturas extranjeras. Muchos de los partidos de ultraderecha, no todos, son muy católicos y rechazan todo lo que no sea su religión. Y, si son musulmanes, todavía más. En definitiva, rechazan todo lo que vaya en contra de la cultura y bienestar de su pueblo materno. Y eso, en lugar de evolucionar y buscar la forma de convivir entre todos, coarta y cercena libertades ajenas para proteger las internas.
- ¿Qué opinas del avance de la ultraderecha en países como Alemania y Francia?
A mí lo que más me llama la atención es Francia, cómo un partido tan grande se ha convertido en una alternativa de poder real. Porque en otros países europeos la extrema derecha es un partido residual, que nunca va a formar parte del gobierno. En Italia también vemos como las fuerzas populistas han seguido esa tendencia de meterse en el poder, sobre todo en estos últimos años, cuando se suman otros factores, como la crisis económica, que es lo que siempre potencia los extremismos. O la crisis de los migrantes que ha afectado mucho a Francia. Ahí han encontrado ese caladero de votos para meterse y anidarse en los gobiernos. Entonces ahí es donde veo más peligro, en esos países donde la ultraderecha, siendo un partido minoritario, ha sabido convertirse en un partido mayoritario. Esto lo vemos cada vez en más países. España, con Vox, es un ejemplo de ello. En España, ya Vox está, si no gobernando, dando su apoyo a gobiernos en varias comunidades autónomas y ayuntamientos. Esto lo vemos también en otros países como Holanda o Bélgica la extrema derecha también participa en decisiones de gobierno en poderes locales. Cada vez vemos cómo están más presentes y más aceptados por la sociedad. La sociedad poco a poco va normalizando cosas que hace diez o quince años no le entraban a nadie en la cabeza.
"Las redes sociales son el arma para atacar a otros partidos"
- ¿Crees que la comunicación política de la ultraderecha tiene rasgos comunes?
Un elemento que tienen en común los partidos de ultraderecha es el uso de las redes sociales. En todos los partidos europeos se nota mucho ese empuje que tiene las redes sociales para llevar adelante el ataque a los otros partidos a través de informaciones que más que informar desinforman, por no decir que son bulos. Eso lo hace muy bien la extrema derecha, tienen mucho arrastre en las personas que se informan exclusivamente de lo que se publica en redes sociales a nivel político.
En el ámbito de la comunicación, ha tenido mucha importancia cómo han sabido desarrollar sus herramientas comunicativas los partidos de extrema derecha. Una de las esencias de esto ha sido ir en contra de los grandes medios y los grandes poderes, haciéndose la victima y diciendo que los grandes medios no informan sobre ellos porque están en contra de sus argumentos. Ese victimismo ha funcionado muy bien dentro del mundo de la comunicación. Vox ha jugado muy bien sus cartas con estas herramientas comunicativas.
- ¿Opinas que la gente que se cree los bulos que extienden los partidos de ultraderecha a través de las redes tienen menos sentido crítico?
No sé si tienen sentido crítico, pero lo que sí que observo es una falta de información enorme entre los seguidores de los partidos extremistas, tanto de izquierdas como derechas. Porque esto, te diré, que lo noto tanto en seguidores de Vox como de Podemos. Mensajes muy sencillos y con muy poco contenido son los que llegan con mucha facilidad a grandes sectores de la población. A base de eslóganes y titulares, estos partidos nuevos funcionan muy bien. Si nos fijamos en los testimonios que dan los dirigentes de partidos políticos de extrema derecha en radio y televisión, podemos ver que transmiten siempre los mismos mensajes de forma muy sencilla para que mucha gente que no sepa mucho del tema tratado interiorice el mensaje y lo convierta en suyo. El objetivo de esto es acaparar lo máximo posible. Esto, en cierta manera, es la base del populismo.
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